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viernes, 19 de marzo de 2010

ACTIVIDAD FÍSICA CON MATERNAS

Se ha dicho en múltiples ocasiones que el ejercicio es beneficioso para la salud y que el sedentarismo está asociado a mayor mortalidad en la población femenina, además sabemos que en un pasado no muy distante a la mujer se le asociaba con quietud, no era bien visto que participara en actividades deportivas y menos aún cuando estaba en embarazo. Se asoció la gravidez con el sedentarismo, básicamente por temor a enfermarse o de daños para el feto. Hoy se sabe que esto no es así vinculando cada vez mas a al mujer y a la embarazada en los programas de actividad física, no solo de ejercicio y gimnasia prenatal sino vinculadas a un programa mas estructurado o a un entrenamiento deportivo que se venía desarrollando sin daño ni para la madre ni el feto. Además sabiéndose de los beneficios para la salud tanto de la madre como del hijo, no solo durante la gestación sino también en el parto y en el posparto.

El colegio americano de medicina del deporte (ACSM) y el colegio americano de obstetricia y ginecología (ACOG) dicen que para combatir el sedentarismo al igual que en la población no embarazada se recomienda realizar ejercicio por lo menos 30 minutos al día casi todos los días de la semana (5 veces por semana como mínimo). La actividad física provee mejoría de ciertas patologías como lo son Diabetes gestacional.
El embarazo es una condición que no debe asociarse con sedentarismo y es una época de la vida de la mujer que no debe hacernos considerar que deba quedarse en reposo, como le recomendábamos hace no mucho tiempo a nuestras pacientes.

Una gran variedad de estudios han reportado que aproximadamente el 42% de las mujeres en embarazo venían realizando ejercicio y lo continúan durante la gestación. La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿este ejercicio que se realiza es perjudicial para el normal desarrollo del embarazo?


La literatura no se ha manifestado a favor de efectos deletéreos para la madre ni para el feto, mas con las maternas que poseen ciertas condiciones patológicas debe tenerse particular cuidado. El ACOG ha publicado en las guías para ejercicio en el embarazo una lista de condiciones consideradas como contraindicaciones absolutas, relativas y unos signos de alarma que nos deben hacer suspender la sesión de actividad física que se venía realizando.

¿Cómo se comporta su organismo en cada una de esas circunstancias y con la práctica regular de la actividad física?


Es ideal que durante el embarazo la mujer tenga una visión completa sobre las posibilidades de realizar una práctica segura de deporte tanto para ella como para su bebé. Los beneficios de la actividad física en la mujer no embarazada son bien conocidos. Sin embargo, el ejercicio en mujeres embarazadas genera cierto grado de polémica en cuanto a los cambios producidos que presenta su cuerpo.
Para tal fin, el American College of Obstetricians and Gynecologists ha creado unas pautas para la mujer embarazada, que quiere continuar su práctica deportiva sin generar riesgos para ella o para el niño.
¿Qué cambios en el cuerpo son generados por el embarazo?Los cambios generados por el embarazo son muchos y en diferentes sistemas, por tal razón, es importante evaluarlos cada uno en forma independiente.
Figura 1. Los cambios en la postura de la mujer embarazada deben ser tenidos en cuenta antes de practicar una actividad física.
Cambios en músculos, huesos y articulacionesEl incremento de peso durante el embarazo oscila de 8 a 10 kilos, generado por el aumento del tamaño de los senos, útero y el crecimiento del feto. Esa situación conlleva cambios en la postura, sobre todo de la denominada lordosis lumbar (figura 1), es decir, el aumento de la curva de la porción más baja de la espalda, lo que produce traslado del centro de gravedad (zona donde confluyen todos los pesos del cuerpo para mantener el equilibrio y poder adoptar una posición de pie).
Dichas modificaciones causan problemas en el balance del cuerpo lo que asociado a ejercicios físicos que requieren de movimientos repentinos, pueden incrementar las posibilidades de lesión. Muchas veces se produce incomodidad a nivel del vientre y la región pélvica determinada no sólo por el peso del útero sino, además, por la tensión ejercida sobre los ligamentos que lo mantienen en su posición.
El embarazo aumenta la laxitud de las articulaciones (mayor elasticidad de los ligamentos y articulaciones) permitiendo un movimiento más amplio por efecto de las hormonas liberadas durante la gestación (progesterona y relaxina), lo cual facilita las posibilidades de esguinces (torceduras) de tobillo, rodilla, hombros y dedos. Por tal razón, es recomendable practicar deportes que no requieran de saltos, estiramientos excesivos y utilizar calzado apropiado, también es útil realizar ejercicios de calentamiento de las articulaciones de hombros, tobillos y rodillas.
Temperatura materna y fetal
El metabolismo, es decir la energía consumida por diferentes funciones del cuerpo se incrementa, como consecuencia de la práctica de deporte como el mismo embarazo, resultando en una mayor producción de calor. Algunos estudios realizados en animales sugieren que el aumento de calor corporal genera alteraciones en el sistema nervioso del feto sobre todo, cuando la temperatura alcanza niveles de 39.2 grados centígrados. Esos cambios no han podido ser evaluados en el hombre, sin embargo, es importante evitar realizar ejercicios durante el primer trimestre en áreas con temperatura alta.


CIRCULACIÓN DURANTE EL EMBARAZO


El ejercicio y el embarazo incrementan tanto la frecuencia cardiaca (número de contracciones del corazón por minuto), como el volumen sistólico (cantidad de sangre expulsada por el corazón en cada contracción). Cuando una persona realiza un ejercicio intenso parte de la sangre se desvía de las vísceras hacia los músculos para suplir sus necesidades, con disminución de hasta 50% en el aporte oxígeno que llega a los órganos. En teoría ello podría generar hipoxemia fetal (falta de oxígeno), sin embargo, los resultados de las investigaciones hasta el momento son contradictorios.



A pesar de estos cambios que pueden ser desfavorables para el feto, el organismo materno compensa esos desequilibrios aumentando la eficiencia del corazón.La posición acostada de la madre puede disminuir la cantidad de sangre que retorna al corazón en 9%, causada por la compresión que ejerce el útero agrandado sobre los vasos sanguíneos; adoptar posición acostada pero de lado optimiza el regreso de la sangre al corazón. La posición estática y de pie por largos períodos también disminuye el retorno de sangre en 18%. Es ideal que la mujer permanezca activa cuando adopta la posición de pie y que evite permanecer acostada por períodos prolongados.

¿Qué cambios se producen con el ejercicio durante el embarazo?


Los cambios producidos por el embarazo y el ejercicio aumentan el consumo de oxígeno por parte de los diferentes tejidos involucrados, como una respuesta de adaptación ya sea por los requerimientos fetales o en el caso del ejercicio por los músculos maternos.Qué recomendaciones se deben tener en cuenta para la práctica de actividad física durante el embarazo?
Para la realización de actividad física durante el embarazo debe tenerse en cuenta que las rutinas de ejercicios son personalizadas y estructuradas para cada paciente en particular. Sería además conveniente que sus objetivos y logros puedan ser discutidos con su médico. Dentro de las recomendaciones para tener en cuenta están:
Evitar el calor y la humedad durante la práctica de actividad física.
Realizar la sesión de ejercicios en horas de la mañana o bien entrada la tarde, evitando las horas del mediodía, sobre todo en climas cálidos.
Trabajar en espacios abiertos o bien ventilados.
Suspender cualquier actividad en casos que el clima no sea el ideal para la práctica deportiva.
La intensidad debe reducirse a niveles confortables que eviten la fatiga, el dolor o el malestar.

INDICACIONES PARA SUSPENDER DE INMEDIATO LA ACTIVIDAD FISICA
(SIGNOS DE ALARMA)

- Sangrado vaginal.
- Disnea antes del ejercicio.
- Vértigo o mareo.
- Cefalea.
- Dolor torácico.
- Debilidad muscular.
- Dolor y/o edema en miembros inferiores.
- Parto prematuro.
- Disminución de movimientos fetales.
- Salida de líquido amniótico.

BIBIOLGRAFIA

Memorias de capacitación de actividad física dictada por LOZANO MUÑOZ, Ludwing Orlando, Médico Especialista en Medicina Aplicada a la Actividad Física y al Deporte, febrero 15,
Universidad de Antioquia.

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